He comido con un amigo hace unos días y me decía que me veia como una mujer muy segura de mi misma, muy estable, muy positiva.
Evidentemente creo que estoy proyectando una imagen que nada tiene que ver con la realidad... simplemente intento sobrevivir y no aportar más quebraderos de cabeza a los que me rodean, que por otro lado, todo el mundo va bien servidito de problemas, ¿no crees?
Hablar con él, es como ir a que te lean la mano... Me explico; es un lingüista fantástico y por las palabras que uso habitualmente me hizo un análisis de mi forma de ser y de mi momento actual.
Me dijo que siempre utilizaba palabras muy personales o al menos que en mis labios adquirian un significado distinto al que normalmente le dan otras personas.
También me comentaba que utilizo muchos diminutivos y eso endulza mi discurso y siempre introduzco palabras como esperanza, sueños, placer, dulce, bonito, adelante!...que casi son muletillas y que siempre que nos vemos, se llava la impresión de que las cosas no sabe muy bien por qué, pero que le da la sensación que todo va a mejorar...
Me sentí muy halagada, pero es verdad que intento no utilizar palabras "contaminadas" o desagradables como palabrotas, insultos, blasfemias, groserías, maldiciones...
Estas palabras no forman parte de mi vocabulario, me dan mal rollo y creo que no son agradables para el oído, asi que las desecho y punto, y esto se ha debido convertir en una forma de hablar, peculiar para quién me escucha, no se.
Estoy casi segura que algunos "males" se puede curar con palabras... con dulces palabras.
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