domingo, 13 de noviembre de 2011

Los ricos también lloran...


Todos y todas, suspiramos con llegar a cumplir ciertas expectativas que nos marcan nuestros tiempos.

Deseamos ser triunfadores en los negocios, en el amor. Perseguimos la eterna juventud, y disponer de la máxima seguridad y comodidad en nuestras vidas.

Nos encanta lo instantáneo, los atajos para llegar antes. El Gps, nos permite no tener que desdoblar (y luego doblar, que es lo más dificil), los mapas para llegar a los sitios. El teléfono móvil nos acerca e informa en cualquier momento sobre alguién consiguiendo establecer la comunicación en segundos, y no voy a enumerar las "bondades de internet"...

Naturalmente no estoy en contra del progreso, me identifico como usuaria de muchas cosas de las cosas que he descrito antes (aunque cada vez soy menos joven y menos rica...) pero en ocasiones tambien me siento esclava de los dictados de nuestros tiempos y de la persecución de la felicidad como el mayor de los bienes de esta tierra.

Todo este rollo que me he marcado es porque tengo un amigo escritor famoso, joven, rico y triunfador, al que todos querriamos parecernos... y suelto la exclusiva desde aquí:

-ESTÁ HECHO PAPILLA -

Tal vez detras de un "triunfador" según los parámetros actualmente establecidos, encontramos a una persona con unas necesidades afectivas tremendas (aunque por cierto, muy inspiradoras para sus textos), pero que darían cualquier Bestseller por ser queridos como necesitan serlo.

Las iconos de nuestros tiempos también tienen "cara B".

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