sábado, 12 de noviembre de 2011

LA CHICA DE LOS OJOS CASI TRANSPARENTES...

Hacia un frío de perros... y viajar de noche con un coche de más de 15 años era una temeridad absoluta...

Desde el kilometro 30 una luz roja se encendía en el tablero de mandos del coche de forma intermitente:

-no miro, no miro, no miro...- 
 (aunque sé que es tan inútil como tapar el sol con un dedo guiñando un ojo...)

A los 10 minutos, la luz se queda fija y el coche empieza a dar ligeras "sacudidas" y lo siguiente es una nube de humo negro que veo a traves del retrovisor...
Ha llegado el momento temido...Paro en el arcén, tal vez si -le dejo "descansar" un poquito se apague la luz roja...-
Quito el contacto y a los 5 minutos (que me han parecido 5 horas), intento arrancar, y ¡¡¡ Ya no se enciende la luz roja...!!! Ni la roja...ni ninguna otra... definitivamente el coche ha muerto...

Abro la guantera con la esperanza de encontrar el teléfono de "ayuda en carretera", ahí está pero mi móvil no tiene cobertura...
Respiro hondo y salgo del coche. Está empezando a nevar y la niebla es tan espesa que se podría cortar... además, no se ve ni una maldita luz... Camino unos metros pero la cobertura entre las montañas no quiere llegar y colarse en mi Nokia de última "generation"...

A lo lejos, empiezo a distinguir una luz que se acerca, despacio, pero va creciendo, ¡¡¡ ESTOY SALVADA!!!
HAGO SEÑALES CON LAS MANOS PARA LLAMAR SU ATENCIÓN, y consigo que pare. Me acerco a la ventanilla y doy unos golpecitos en el cristal del copiloto, pero nadie contesta... abro la puerta y el coche está vacio...
De repente siento un golpecito en el hombro y al volverme encuentro a una chica. Tiene la piel muy blanca, los ojos muy azules, casi transparentes, y una sonrisa sin expresión.

-Hola, ¿puedes ayudarme? Me acabo de quedar tirada...
Me hace un gesto con la mano y me invita a pasar. Cierra la puerta y entra en el coche.
- Hace una noche terrible, ¡¡¡ Que frío!!!

Ella me mira, y sonríe de nuevo, la sangre se me congela en las venas...

A los dos minutos, frena y se sitúa ante un precipicio, sin decir ni una palabra, me señala con el dedo y observo que un coche, -MI COCHE- está bajando la pendiente dando vueltas de campana y finalmente estalla en llamas...

Conmocionada, me dejo llevar por la dama de piel blanca... DONDE ELLA QUIERA...

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