sábado, 15 de diciembre de 2018

Otoño `18


Imágenes que capturan tu corazón, y te dejan sin aliento... 

Nunca has estado ahí, pero sientes que formas parte de ese lugar, que lo tienes dentro, y conoces cada rincón y sabes exactamente en el árbol que te recostarías a leer o dónde enterrarías un recuerdo para que años más tarde, tu nieto lo encontrara...

No hay un artista más grande que el que ha creado los colores del otoño y los ha combinado para dejarnos perplejos ante ese brillo, y ese orden cuando caen al suelo las hojas amarillas, y ese verde que se forma por la sombra y la humedad.


No hay columnas ni dóricas, ni jónicas ni corintias más hermosas que un tronco centenario, porque a diferencia del preciado mármol, tiene vida, crece, recorre savia por su interior y hace renacer cada año nuevas hojas, y sigue con su carrera que tiene como meta el mismo cielo.

Vida

El viento  que no vemos pero que se encarga de hacer el papel de decorador, poniendo cada brizna en su sitio; que hace que el cuadro sea perfecto, y que pujaríamos todo lo que tenemos si el paisaje se pudiera subastar para llevárnoslo a casa, y poder abrir una puerta y entrar descalzos  y en pijama a pisar las hojas secas, a sentir su brisa en nuestra cara y sentirnos vivos.

Hay imágenes que tienen aroma, que huelen a piñas, a bosque; que huelen fresquito y tienen el poder de trasladarnos a otro tiempo, a lugares que aunque no hemos ido nunca, sabemos que están dentro de nosotros...

Gracias a David Sánchez; @dasanun

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Bosque=estado




Inquietante y tremendamente inspiradora...


¿Cómo una imagen puede cautivarte de tal forma que no puedes dejar de mirarla y que es capaz de provocar en tu imaginación desde una trama de terror, o intriga, hasta un estado de ánimo que no puede describirse con palabras? Pero: ¿cómo es posible -que un lugar desconocido-, refleje a la perfección mi actual estado de ánimo?

Nunca imaginé que arboles+niebla+vegetación+roca, podrían describir mi presente.

Y, ¿luz?, ¡claro! sin ella, no hay colores, ni sombras, ni movimiento... así que, al fondo, hay luz... aunque tenue, insegura, tímida y ¿esperanzadora? ¿abrirá el día?, ¿anochecerá?, ¿volverá a colarse el sol?. En un tiempo: ¿el amarillo se convertirá en verde? ¿los árboles seguirán creciendo, o serán abatidos por un rayo inesperado que los quiebre?

Nunca he estado ahí, pero lo siento tan dentro de mi, ¡tan mío!, que incluso, ¡podría utilizar esta imagen como fotografía de mi perfil en Facebook!

4:45 de la madrugada: no vengo de fiesta, ni tengo que coger un avión, pero llevo días con el corazón como esta imagen; inquieto, nublado, gris... y perdido, ¡quién sabe dónde!, e imposible de rescatar, ni a fuerza de palabras, ni de abrazos, ni de mensajes llenos de letras pero vacíos de sentimiento y contenido, al menos, en este momento, y no es culpa del emisor, es que la receptora, no está...

Hay años, que deberíamos hibernar, que cuando empiezan, -sabes en el fondo de tu corazón-, que no van a acabar bien... que cada día, te espera una sorpresa, pero, -de las malas-,  que no te has recuperado de A, cuando B, irrumpe en tu vida y arrasa, pero cuando te incorporas un poco, C, te vuelve a tirar... y así, hasta llegar a la X, y sabes que la Y, te espera con un palo para darte en el cogote, y de alguna manera, ansias que llegue la Z, para, si todavía te queda un hálito de vida, te levantes con la esperanza de que el 1 de enero, empiece de nuevo la historia, y tenga compasión de ti.

Nunca escribo en gris, pero es lo que me pide el cuerpo y aunque el espíritu tenga toda la gama de rojos, verdes y rosas; el cuerpo quiere descansar, cerrar los ojos y ver el mar azul, el amarillo del trigo y los girasoles, y el blanco nube; blanco puro, sin rastro de gris tormenta que te cala hasta el alma.

El invierno se acerca, y necesito cambiar de continente, necesito mas horas de luz, más aire puro, más mar; necesito silencio, libros, música, paseos, necesito que no haya cobertura, ni atascos, ni edificios llenos de camas repletas de enfermos y acompañantes agotados, tristes, y casi vencidos... necesito aire.

No puedo dejar de mirar esta imagen, que es un espejo, de los que reflejan lo que hay dentro, por eso me ha cautivado, y me ha llevado a este sitio desconocido, que no quiero saber dónde está, porque está dentro de mi, porque al verlo, me doy cuenta que soy árbol, niebla, vegetación, roca y que pronto, también, seré LUZ.

                                                 *Gracias Lolo por la imagen.

miércoles, 29 de agosto de 2018

Propósitos septiembre 2018

       

                  ¿Raro hacer una lista de propósitos/deseos cuando casi está acabando el año...?

Leyendo el nuevo post de La Macedonia de Mariola , que nos ayuda con algunos consejos para volver de vacaciones y no morir en el intento..., me ha recordado que en apenas un par de días, nos colocamos en 1 de septiembre; uno de mis “meses” favoritos porque comienza el curso (siempre logo nuevo por aprender), ademas que empieza mi estación favorita: el otoño (amarillos, y ropita que; 
-gracias a Dios-, me ayuda a -ocultar- lo que me sobra...), y lista de propósitos de los que haré balance en el próximo verano, con tiempo libre y gafas de sol.

Pero, ¡vamos al lío! Propósitos para el nuevo curso:



-Consolidarme en la creación de páginas web, aprendiendo a usar el nuevo editor Gutenberg (esto puede sonar a chino a much@s, y efectivamente, es un poco chino... y a priori, puede parecer un propósito inútil y con matices “frikis”, pero yo se lo que me digo...



- Ocupar las mañanas de los próximos cuatro meses en conocer profundamente Alcalá de Henares, ya que por motivos “logísticos” voy a deambular mucho por allí, y conocer las bibliotecas son mi primer objetivo, ya que pretendo empezar y terminar un máster en cuatro meses...¿lo conseguiré?



-Desprenderme de un objeto cada día: me sobran muchas cosas y necesito espacio que sin duda, optimizará mi tiempo.

-Andar, (si mis rodillas lo permiten...)

-Ocuparme más de mi, que me tengo un poquito abandonada, por mi exceso de celo como “cuidadora”

-Dejar atrás gente poco edificante y rodearme de personas positivas, optimistas y sanas.

-Minutos para estar tranquila cada día.

-¡Ya está!


¡A por ello!


domingo, 8 de julio de 2018

I love “Smart”

Delante de mi Smart-TV me doy cuenta que la “caja tonta” (que es como llamaban a la tele cuando yo era pequeña), ha ganado prestigio y ahora las teles, se han vuelto inteligentes...


¿Qué ha pasado? ¿Cómo es posible que se haya dado “la vuelta la tortilla”?, y además, en poquitos años.

El afán del ser humano, al menos -de la buena gente- y de los súper científicos-investigadores-inteligentísimos, es convertir lo malo en bueno,- y si la tele era el “coco” para los que pensaban que era una pérdida de tiempo sentarse delante y ver durante horas, “ficciones”, que no aportaban nada y nos robaban la vida, mientras se nos acumulaban tareas del hogar viendo la novela, o los deberes del cole mientras veíamos los Picapiedra, o el marido empleaba la tarde del domingo viendo el partido de fútbol de la Liga Española, ahora, la tele se ha convertido en nuestra amiga, esa, que no nos deja -perder tiempo- viendo anuncios y que no permite que la peli dure una eternidad; ahora, podemos ver nuestra serie favorita -del tirón- sin ocasión siquiera, de levantarnos 47 segundos para ir al baño... ¡no hay tregua!

Si, definitivamente, las cosas han cambiado mucho; la tele es solo un ejemplo de los muchos con los que hoy convivimos y que nos facilitan la vida.

Y ¡seguimos con los “Smart”!: cochecito pensado para “salvarnos la vida” en las grandes ciudades con tráfico infernal, que nos permite aparcar  -en línea- en vez de en batería... ganando así minutos al reloj, o al “Smart-Watch”.


Pero sin duda el “Smart” que nos ha cambiado la vida es el Smartphone o “teléfono inteligente”; gracias a él, ya no nos perdemos porque sus mapas- gps nos -guían por la vida-,  además,  ya no necesitamos porfiar con nuestros colegas, debatiendo, en qué año nació esa actriz qué “parece” tan joven, porque la Wikipedia se abre ante nosotros desvelándonos todos los secretos... y ¡qué decir! de la comunicación instantánea de “WhatsApp que nos conecta con nuestros amigos o familiares aunque estemos en la otra punta del planeta.

Recuerdo la primera vez que en una fiesta familiar, al hacer la foto del “soplado de velas” en el cumpleaños de mi padre, miró mi iPhone de frente y sin pestañear me dijo:

-pero...: ¿ tienes carrete?

Hasta las maravillosas cámaras digitales, ¡se sienten amenazadas por los píxeles y píxeles de los teléfonos móviles actuales!, capaces, de inmortalizar cualquier cosa, en cualquier momento, sin respetar ojeras o malos pelos, y capaces, de convertir a cualquier mortal en paparazzi si se encuentra de frente con algún famosillo y hasta en detective privado si se cruza al vecino con su amante...


Yo cada día de mi vida, le doy gracias a Dios por los “Smart” y por haber nacido en este tiempo; solo me gustaría que antes de que sea más mayor, (¡todavía!), inventen el Smart, capaz de optimizar todos estos recursos tecnológicos maravillosos al 100%, porque acabo de actualizar el software de mi Mac, mi IPhone, mi iPad y -“mi todo”-, y aún no controlaba ni el 20% de la actualización anterior...

En fin, en realidad, si se trata de pedir,  solo pido SALUD, para seguir disfrutando de lo “smart” y del jamón serrano.