martes, 5 de julio de 2011

"Una carta para ti..."

Rosa, como cada día, volvía de caminar su media horita...

Recogió el correo y se preparó una infusión de Artemisa. Entre las facturas del
teléfono, la luz, la comunidad, la revista de Canal plus y la propaganda
encontró una carta... una carta "DE VERDAD" con sello y matasellos de
correos del día anterior.
Estaba escrita a mano. Giró el sobre buscando el remitente pero estaba en
blanco...

La abrió con sumo cuidado utilizando un abrecartas de plata herencia de su

madre y se dispuso a leer la misiva con cierta impaciencia y curiosidad...

"Querida Rosa:

Supongo que estarás sorprendida, no es muy habitual hoy en día recibir
correspondencia, pero yo estoy "chapado a la antigua", tendrás que
perdonarme...

Soy un antiguo compañero que no puede dejar de recordar "tiempos
mejores" en los que hacias posible que cientos de mariposas
revolotearan en mi estómago cada vez que entrabas en clase con tu falda
de cuadros y el jersey rojo de pico...

Se que han pasado 20 años, pero no he dejado de admirarte cada día...

Creo que no es tarde para decirte que te amo, y te amo desde el primer
día que te vi.

He seguido muy de cerca tu vida, con suma atención. Tu boda, el
nacimiento de tus hijos y el cariño y cuidado que les has profesado
dejando tu descanso y tus necesidades SIEMPRE, en segundo plano.

¡ Eres una mujer MAGNÍFICA !

Admiro tu capacidad de trabajo fuera y dentro de casa. Tú afan porque
todo estuviese "perfecto", siempre. ¿Cuantas horas tienen tus días? Yo
hubiera sido incapaz de sacar todo adelante de forma tan brillante.

El timbre de la puerta sonó y sobresaltó a Rosa que estaba tan sorprendida
como encantada mientras dejaba la carta sobre la mesa.

Un mensajero le entregó un ramo de rosas blancas con una nota:

"Con todo respeto, admiración y todo mi amor"
...Tu antiguo compañero...

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