Ana, nunca podría olvidar el día 22 de julio de 2.006
8.30 de la mañana frente al número 15 de la calle Conde de los Gaitanes en La
Moraleja, Madrid.
Sus ojos repasaron, 10, 20 veces los nombres que aparecían inscritos en el
buzón de correos:
Marcos García Espinosa
Sonsoles Denda Olie
Aitor García Denda.
Volvió a su coche y cegada por las lágrimas volvió a su pequeño piso de la
calle Martínez de la Riva, en un humilde barrio de Madrid.
Ana, tenía 34 años, 2 hijos, Carlos de 4 años y Estela de 2. Llevaba 12 años
casada con Marcos un acreditado fotógrafo freelance.
Desde hacía más de 1 año, tenía serias sospechas que Marcos le era infiel...
Él recibía llamadas a cualquier hora para llevar a cabo sus reportajes
fotográficos. Podía marcharse de casa un martes a las 12 de la mañana a
Londres para llevar a cabo el seguimiento de la última semana electoral de un
candidato como la salida de una cantante famosa de la casa del futbolista de
moda a las 6 de la mañana de un domingo...
No fue sorprendente la llamada de una prestigiosa agencia para que tomara
las instantáneas del tsunami de SumatraAndaman el 26 de diciembre de
2.004, que le supusieron un gran prestigio en su carrera y le permitieron formar
parte del equipo de Deanne Fitzmaurice, ganadora del premio Pulitzer en
2.005.
Por tanto no era de extrañar que Marcos pasara, mas de la mitad de su tiempo
fuera de casa, pero a Ana, si le sorprendió la frialdad con la que empezó a
tratarla y la indiferencia para con sus hijos, apenas bebés que con sus gracias,
no conseguían conquistar el corazón de su padre.
El sábado 22 de julio de 2.006, Marcos recibió una llamada en su móvil a las 8
de la mañana y rápidamente, se dispuso a marcharse con el pretexto de un
trabajo. Aprovechando la visita de su madre a casa, que pasaba unos días de
visita, dejó a sus hijos y temblando, se armo de valor y siguió a Marcos hasta la
imponente casa de la Moraleja.
La puerta, automática del garaje, se abrió y Marcos metió su coche...
Ana no podía dejar de llorar, ¿Como era posible? ¿Porque el nombre de
Marcos aparecía en ese buzón? ¿Como podía permitirse una casa en una
urbanización tan cara de Madrid, mientras su esposa y sus hijos, vivieran en 60
metros cuadrados? Aítor García Denda, no podía borrar ese nombre de su
cabeza, ¿Marcos tenía un hijo con otra mujer? ¿Qué iba a hacer ahora?
***
Cuando Ana volvió a casa, sus hijos, permanecían dormidos y eso le dio
margen para recomponer mínimamente su estado de ánimo. Decidió, por el
momento, mantener su "descubrimiento" en secreto y no quiso pasar por la
humillación que le traería contárselo a su madre... Necesitaba pensar, buscar
una explicación que no fuera tan ?dolorosa" pero eso era difícil...
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Sobre la 1 de la tarde, Marcos llamó y el corazón de Ana dejó de latir unos
segundos...
-¿Ana?, ya estoy en Bruselas, creo que al menos estaré aquí hasta el
miércoles.
-Bien, gracias por llamar.
Ana colgó el auricular.
Podía seguir como hasta ahora, criando ella sola a sus hijos y con su
economía saneada y sin preocupaciones, creyendo y haciendo creer a todo el
mundo, que no pasaba nada, que el stress laboral era la causa del desinterés
de Marcos por ella y por los niños. Conformarse con la rutina del día a día y
cuando sus hijos, fuera mayores, tomar las decisiones pertinentes...
Podía también hablar con Marcos cuando viniera y pedirle EXPLICACIONES.
Romper su relación de inmediato y terminar de una vez con la traición que
estaba viviendo.
Había una tercera alternativa rondando por su cabeza; hablar con Sonsoles,
supuesta "amante de Marcos" y madre de su hijo Aitor. Tal vez ella ignoraba
que Marcos tenía otra familia...
Durante el fin de semana y tras valorar las tres opciones, decidió ir a la casa de
la Moraleja el lunes, después de dejar a los niños en la piscina con su madre.
No tuvo problema para conseguir el número de teléfono de la Calle Gaitanes
15, llamando a información desde su móvil.
-¿Dígame?
-Por favor, ¿Marcos García?
-NO, no se encuentra en este momento, está de viaje, ¿Puedo atenderla yo?
soy su mujer.
Ana, se quedó muda y colgó no era capaz de encajar una palabra...
Permaneció dentro del coche, aparcado delante de la casa que su marido
compartía con "otra mujer" ¿Qué le diría?, ¿Cual sería su reacción al saber
que Marcos estaba casado y tenía dos hijos con ella? Y ella misma, ¿Tendría
el valor de llamar a su puerta y contarle...?
Sobre las 11 de la mañana, la puerta de la casa se abrió y apareció una mujer
joven, preciosa, con un niño de apenas un año, que luchaba por mantenerse
en pié y dar sus primeros pasos. El estómago de Ana, se dio "la vuelta",
porque Sonsoles, estaba embarazada...
***
Ana dudó, pero finalmente salió del coche. Siguió a Sonsoles a una distancia
prudencial, observando especialmente al niño. ¡Se parecía tanto a su hijo
Carlos! Si quedaba alguna duda, acababa de despejarse. Aitor, era hijo de su
Marido.
Aceleró el paso y se colocó al lado de Sonsoles:
-Buenos días, perdona que te aborde de esta manera, pero necesito
hablar contigo un momento. Me Llamo Ana Maudes.
-Hola ¿Te conozco?
-NO, me temo que no, solo te robaré unos minutos.
Ana y Sonsoles, hablaron durante más de una hora. En ese tiempo hubo
lágrimas por parte de las dos, cuando tanto una como otra fueron totalmente
conscientes del engaño al que Marcos les había sometido.
Se despidieron cordialmente y volvieron a sus casas.
Al día siguiente, volvieron a quedar, y acordaron un plan que llevarían a cabo
al regreso de Marcos de Bruselas.
El miércoles a primera hora, Marcos tomó tierra en Barajas y llamó a Sonsoles,
quedó en pasarse por casa a mediodía para comer con ella. Después llamó a
Ana, concretando su llegada a casa para cenar.
Sobre las 2 de la tarde, Marcos llegaba a la casa de la Moraleja, con un ramo
de flores y un avión de juguete para Aitor.
Cuando llegó a la cocina, la sangre se congeló en sus venas. Sonsoles y Ana
esperaban su llegada. Marcos se quedo mudo.
Sonsoles fue la primera, capaz de articular palabra, Ana lloraba en silencio.
-Como puedes suponer, estamos al corriente de tu engaño. No vamos a
darte ocasión de que te expliques, todo está muy claro. Ana y yo te
rogamos que recojas tus cosas tanto de mi casa como de la que
compartes con ella. No queremos volver a verte nunca más.
Marcos intento hablar, pero Ana le pidió que se fuera, que nos les dañara más.
Marcos se dio la vuelta y salió de la casa.
La relación entre Ana y Sonsoles, se fortaleció día a día. Cuando nació el
segundo hijo de Sonsoles, Ana se traslado a la casa de La Moraleja y desde
hace más de un año, comparten casa y responsabilidades.
Marcos se limita a visitar a sus hijos los días que le corresponden según la
sentencia del juez y a pasarles una pensión. En la actualidad, vive solo en un
pequeño apartamento de alquiler. Nunca le pidieron explicaciones, nunca las
dio. Su situación actual es muy lamentable, está enfermo y solo. Un pequeño
grupo de amigos, intentamos cuidarle y acompañarle. No se perdona, no le
perdonan.
Siento que este final sea tan triste, pero me he limitado a narrar un hecho de
la vida real... Tal vez podía haber inventado un final más espectacular un
accidente de coche al regresar del aeropuerto, o...mas feliz...una reconciliación
con alguna de ellas, o un "laisser faire" por parte de las dos hasta que Marcos
confesase... pero esta vez no he querido soñar... solo contaros una de las
miles de tragedias que nos rodean en este tiempo y que es tan verdadera y
cruel como la vida misma...