*(Último de los 5 ejercicios literarios con foto inspiradora ;-)
-¿No tienes la sensación que hay personas que han nacido para sufrir mientras que otras pasan la vida apaciblemente sin grandes contratiempos?
Esta frase me la dijo Hanna mientras un villancico rancio sonaba de fondo en la 3ª planta del Hospital de Alcalá de Henares las pasadas navidades.
-Llevo soñando más de diez años estar ingresada en esta planta del hospital (maternidad) pero ¡para otra cosa! no para que me arrancasen el útero y con ello dinamitar mi máxima ilusión en esta mierda de vida: ser madre.
Fueron unas navidades raras, amargas, transparentes... a pesar de que cien mil luces de colores inundaran las calles de Madrid. Me molestaban. Mucho. Me molestaban mucho.
Me molestaba que la gente sonriera, comiera marisco, tomara copas, se besaran en los labios tras las campanadas de fin de año porque Hanna estaba en la 3ª planta del Hospital de Alcalá recibiendo su primer chute de quimio sin contemplaciones, sin respeto a la fecha, sin respeto por la espada que la acababa de partir en dos la vida.
Yo soy del otro grupo, de los que les toca vivir la vida sin contratiempos, de los que están sanos, a los que los padres les quieren y les viven hasta viejitos, de los que tienen amigos fieles, casas bonitas e Iphone 6.
¡Qué asco!
Hanna no se queja, ¡NUNCA SE QUEJA! ¡al contrario! ella es maestra y dice que ahora le toca a ella ser alumna y aprender de esta batalla, con fecha de comienzo y sin final concreto.
Me pongo de rodillas, intento entender, intento aceptar tanta injusticia, pero ¡no puedo! Lloro, me rebelo, miro al cielo, pido explicaciones, ¡qué se acabe ya la pesadilla de Hanna! mientras, ella teje una bufanda para mi con sus dedos y sin agujas (está harta de agujas)
Me dice que siente que se ha bajado del tren, que aunque iba en segunda, iba en tren y que ahora, no sabe si volverá a cogerlo alguna vez, si parará mientras espera o pasará de largo...
Incluso la foto, o a mi me lo parece, tiene forma genital femenina. Lo mejor que puede hacer Hanna es no bajarse del tren, que recorra todas las estaciones, que bajarse ahora para cogerlo luego no es buena decisión; los trenes, cuando los necesitas, siempre pasan de largo,
ResponderEliminarAh! y dile que un útero solo sirve para la gestación, que ser y sentirse madre es algo que se lleva en el corazón no en los órganos de reproducción.
Dale a Hanna un beso de mi parte.
Gracias por tu comentario. Tendría mucho que decir ante lo que dices:
ResponderEliminarNo es "voluntario" bajarse del tren... es la enfermedad la que te echa a patadas de tu -asiento- te quedas sin trabajo, sin pelo, sin fuerzas, sin ilusiones... Los demás siguen su vida mientras tú estás intentando curarte, ponerte de pié e ir de nuevo muy despacito a la estación...
Cierto que sentirse madre no es solo gestar, pero si no tienes con quién practicar la maternidad, si a la adopción por haber estado enferma del "bicho" te cierra también la puerta...si por ser esteril tu pareja busca "otra salida" y también toca recuperarse de eso...
Hay personas, que definitivamente nacen para sufrir o tal vez, (solo tal vez...) no toman nunca las decisiones adecuadas.
Le daré tu beso (si es que me queda alguno...)
Bueno, parece que no he acertado en el diagnóstico de este relato.
ResponderEliminarLeyendo tu comentario deduzco que lo de "Hanna" tiene más dosis de realidad que de imaginado. Lo lamento, pero trataré de explicarme.
"No bajarse del tren" es una alegoría, o quizás una metáfora con pocas pretensiones y mucho significado, es decir, pretende que por mucho que la enfermedad te eche a patadas, por mucho que te quedes sin fuerzas, sin trabajo, sin pelo... bajarse del tren (en mi opinión) viene a significar que se cede o se renuncia a la lucha.
Hay personas condenadas a sufrir como personas dispuestas a hacerte sufrir. Es cierto que muchos de los sufrimientos vienen (o pueden venir) por malas decisiones o malas elecciones, pero hay otros "sufrimientos naturales" que nada tienen que ver con los comportamientos sino con la mala suerte. Que haya gente que se aproveche de estas situaciones para ahuecar el ala y rehacer su vida es inherente al ser humano, afortunadamente no en todos los seres humanos pero sí en bastantes.
En fin, que vale, que esto es lo que tenía que decir.