lunes, 19 de octubre de 2015

Correr...

Desde hace no mucho, correr se ha convertido en casi una necesidad... 
¡No puedo creer que esté diciendo esto! 
Es una de esas cosas que siempre había pensado que no podría hacer, que ya; ¡ni siquiera tengo edad! y además es muy cansado y me duele el costado a los treinta segundos de empezar.

Y si, todo lo anterior es una magnífica justificación no carente de razón, pero... ¿Por qué no intentarlo? Y voy y... ¡lo intento! y descubro que efectivamente, cansa, me duele el costado y no tengo edad, pero... que con mi fuerza de voluntad le voy a dar la vuelta a eso y que 
¡VOY A PODER! 
y ¡claro! quién la sigue...

No soy la típica "runner", vamos, que no soy runner ¡para nada! no soy competitiva ni voy guapa a correr y por supuesto ¡jamás corro acompañada! solo me acompaña la música o algun podcast de radio. Jamás he corrido ni correré una carrera aunque sea por una buena causa (soy rebelde hasta para correr.) Me gusta correr a mi ritmo, sola, pararme, hacer fotos, caminar un rato, sentarme en un banco y pensar, recordar, dar gracias por tener piernas y ojos y pulmones y zapatillas para correr que me encajan como un guante y sigo corriendo y hoy, por ejemplo, me mojo, porque llueve en Madrid, lluvia de esa tonta que refresca.

¿A que te apetece venir a correr conmigo? pues mi respuesta es  ¡NO! es un placer que me reservo en solitario... pero al menos, te comparto mi ruta de hoy:

















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