Inquietante y tremendamente inspiradora...
¿Cómo una imagen puede cautivarte de tal forma que no puedes dejar de mirarla y que es capaz de provocar en tu imaginación desde una trama de terror, o intriga, hasta un estado de ánimo que no puede describirse con palabras? Pero: ¿cómo es posible -que un lugar desconocido-, refleje a la perfección mi actual estado de ánimo?
Nunca imaginé que arboles+niebla+vegetación+roca, podrían describir mi presente.
Y, ¿luz?, ¡claro! sin ella, no hay colores, ni sombras, ni movimiento... así que, al fondo, hay luz... aunque tenue, insegura, tímida y ¿esperanzadora? ¿abrirá el día?, ¿anochecerá?, ¿volverá a colarse el sol?. En un tiempo: ¿el amarillo se convertirá en verde? ¿los árboles seguirán creciendo, o serán abatidos por un rayo inesperado que los quiebre?
Nunca he estado ahí, pero lo siento tan dentro de mi, ¡tan mío!, que incluso, ¡podría utilizar esta imagen como fotografía de mi perfil en Facebook!
4:45 de la madrugada: no vengo de fiesta, ni tengo que coger un avión, pero llevo días con el corazón como esta imagen; inquieto, nublado, gris... y perdido, ¡quién sabe dónde!, e imposible de rescatar, ni a fuerza de palabras, ni de abrazos, ni de mensajes llenos de letras pero vacíos de sentimiento y contenido, al menos, en este momento, y no es culpa del emisor, es que la receptora, no está...
Hay años, que deberíamos hibernar, que cuando empiezan, -sabes en el fondo de tu corazón-, que no van a acabar bien... que cada día, te espera una sorpresa, pero, -de las malas-, que no te has recuperado de A, cuando B, irrumpe en tu vida y arrasa, pero cuando te incorporas un poco, C, te vuelve a tirar... y así, hasta llegar a la X, y sabes que la Y, te espera con un palo para darte en el cogote, y de alguna manera, ansias que llegue la Z, para, si todavía te queda un hálito de vida, te levantes con la esperanza de que el 1 de enero, empiece de nuevo la historia, y tenga compasión de ti.
Nunca escribo en gris, pero es lo que me pide el cuerpo y aunque el espíritu tenga toda la gama de rojos, verdes y rosas; el cuerpo quiere descansar, cerrar los ojos y ver el mar azul, el amarillo del trigo y los girasoles, y el blanco nube; blanco puro, sin rastro de gris tormenta que te cala hasta el alma.
El invierno se acerca, y necesito cambiar de continente, necesito mas horas de luz, más aire puro, más mar; necesito silencio, libros, música, paseos, necesito que no haya cobertura, ni atascos, ni edificios llenos de camas repletas de enfermos y acompañantes agotados, tristes, y casi vencidos... necesito aire.
No puedo dejar de mirar esta imagen, que es un espejo, de los que reflejan lo que hay dentro, por eso me ha cautivado, y me ha llevado a este sitio desconocido, que no quiero saber dónde está, porque está dentro de mi, porque al verlo, me doy cuenta que soy árbol, niebla, vegetación, roca y que pronto, también, seré LUZ.
*Gracias Lolo por la imagen.
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