Tras unos días "diferentes", vuelve la rutina a mi vida. De vuelta a responsabilidades y horarios enfajados.
La navidad se acerca amenazante, fría y cada año más alejada de la ilusión de la infancia.
Recuerdo las mariposas en el estómago por la fiesta del colegio, el disfraz, los abuelos recreándose en "su niña"...
Ya no están, ni los abuelos ni la niña...
Tendemos a la añoranza, bueno, tiendo a la añoranza, a aquel tiempo pasado que fue ¿mejor?
No lo se...
Ser dueño de la certeza de la existencia de Los Magos, organizar el menú y elaborarlo para un montón de gente, administrar el dinero para los regalos, pensar en cada persona que los va a recibir...
Celebrar... ¿Es un premio cuando depende de ti?
Yo prefiero fantasear con la existencia de esos tres que hacen malabares para visitar todas las casas en una noche dejando justamente, lo que deseas; sin quebraderos de cabeza por mi parte ni ruinas financieras que no se recuperan hasta marzo y prefiero sentarme a una mesa en la que otros toman las decisiones y yo solo tengo que masticar y tragar.
¿Sindrome de Peter Pan?
Es la magia de la Navidad, ser capaz de creer en la fantasía aún a sabiendas de su irrealidad.
ResponderEliminarEso es lo que hace esta época del año tan especial, tiene la capacidad de devolvernos un trocito de infancia, de los niños que una vez fuimos. Al menos eso, deberíamos ser capaces de seguir disfrutándolo, y no perderlo nunca.
Un beso Gema
Cada etapa tiene su encanto. Yo soy fluctuante: unos años amo la navidad, otros la odio, a veces me siento como un niño, a veces como un viejo. Eso sí: desde que nació mi sobrino tiene una magia especial.
ResponderEliminarAl final, supongo, no hay que darle tanta importancia como nos intentan convencer en las campañas publicitarias. Como a casi nada...
Besos.
Para mí la Navidad hace tiempo dejó de tener sentido, y cada día huyo más de ella.
ResponderEliminarUn beso
Queridos amigos! ¡¡¡Qué sorpresa!!!
ResponderEliminarEste post lo escribí como "pataleta" porque el lunes después del puente, estaba rebotada y no me apetecía NADA enfrentarme a la semana que "me amenazaba"...
El tema de navidad es otro cantar... A mi si me gusta la Navidad. Como creyente le doy el valor a la fiesta que tradicionalmente tiene, pero no me gusta el envoltorio que tiene en nuestra sociedad actual, los compromisos que conlleva y "los adornos" a los que nos obliga -EL CORTE INGLÉS-
Valoro estar con mi familia al completo esos días pero trae consigo un trabajo extra que no me apetece...
Muchas gracias por leer mi pataleta, y celebro vuestra visita, la valoro MUCHO.
Un abrazo a los tres.
La navidad es un compendio de muchas cosas: buenas y malas.
ResponderEliminarTambién me repatea que esté envuelta de consumismo.
Beso.
¡Vaya Rubentxo! Te voy a hacer "fijo" como visitante a mi blog... ¡Gracias por tu visita, ¡me encanta recuperarte! como ya sabes, Blogspot, es un sitio tranquilo (prácticamente DESERTICO) así que que recibir tu visita y tus comentarios me "llenan de orgullo y satisfacción" jajaja.
ResponderEliminarSolo encuentro de manlo en las navidades, lo que entre todos las hemos desvirtuado, las "dependencias" que hemos creado... por lo demás, y yendo a la raíz de la celebración, encuentro que son unas fiestas fantásticas!
Muchos besos y gracias!