¿Qué ha pasado? ¿Cómo es posible que se haya dado “la vuelta la tortilla”?, y además, en poquitos años.
El afán del ser humano, al menos -de la buena gente- y de los súper científicos-investigadores-inteligentísimos, es convertir lo malo en bueno,- y si la tele era el “coco” para los que pensaban que era una pérdida de tiempo sentarse delante y ver durante horas, “ficciones”, que no aportaban nada y nos robaban la vida, mientras se nos acumulaban tareas del hogar viendo la novela, o los deberes del cole mientras veíamos los Picapiedra, o el marido empleaba la tarde del domingo viendo el partido de fútbol de la Liga Española, ahora, la tele se ha convertido en nuestra amiga, esa, que no nos deja -perder tiempo- viendo anuncios y que no permite que la peli dure una eternidad; ahora, podemos ver nuestra serie favorita -del tirón- sin ocasión siquiera, de levantarnos 47 segundos para ir al baño... ¡no hay tregua!
Si, definitivamente, las cosas han cambiado mucho; la tele es solo un ejemplo de los muchos con los que hoy convivimos y que nos facilitan la vida.
Y ¡seguimos con los “Smart”!: cochecito pensado para “salvarnos la vida” en las grandes ciudades con tráfico infernal, que nos permite aparcar -en línea- en vez de en batería... ganando así minutos al reloj, o al “Smart-Watch”.
Pero sin duda el “Smart” que nos ha cambiado la vida es el Smartphone o “teléfono inteligente”; gracias a él, ya no nos perdemos porque sus mapas- gps nos -guían por la vida-, además, ya no necesitamos porfiar con nuestros colegas, debatiendo, en qué año nació esa actriz qué “parece” tan joven, porque la Wikipedia se abre ante nosotros desvelándonos todos los secretos... y ¡qué decir! de la comunicación instantánea de “WhatsApp que nos conecta con nuestros amigos o familiares aunque estemos en la otra punta del planeta.
Recuerdo la primera vez que en una fiesta familiar, al hacer la foto del “soplado de velas” en el cumpleaños de mi padre, miró mi iPhone de frente y sin pestañear me dijo:
-pero...: ¿ tienes carrete?
Hasta las maravillosas cámaras digitales, ¡se sienten amenazadas por los píxeles y píxeles de los teléfonos móviles actuales!, capaces, de inmortalizar cualquier cosa, en cualquier momento, sin respetar ojeras o malos pelos, y capaces, de convertir a cualquier mortal en paparazzi si se encuentra de frente con algún famosillo y hasta en detective privado si se cruza al vecino con su amante...
Yo cada día de mi vida, le doy gracias a Dios por los “Smart” y por haber nacido en este tiempo; solo me gustaría que antes de que sea más mayor, (¡todavía!), inventen el Smart, capaz de optimizar todos estos recursos tecnológicos maravillosos al 100%, porque acabo de actualizar el software de mi Mac, mi IPhone, mi iPad y -“mi todo”-, y aún no controlaba ni el 20% de la actualización anterior...
En fin, en realidad, si se trata de pedir, solo pido SALUD, para seguir disfrutando de lo “smart” y del jamón serrano.